¿Qué es el síndrome piriforme?
Si tienes dolor en la nalga debes tener mucho cuidado porque podría ser síndrome piriforme. ¿Qué es el piriforme? Para comprender qué es el síndrome piriforme, es necesaria una breve revisión de la anatomía. El piriforme no es más que un músculo ubicado en la zona de los glúteos. A menudo ocurre sentir un dolor en la parte interna de la nalga y, erróneamente, los síntomas se confunden con la inflamación del nervio ciático cuando se trata del síndrome piriforme.. En este caso el dolor se localiza en la parte central del glúteo, precisamente en la zona superior e interior. Esta zona también se ve afectada cuando se trata de ciática, sin embargo, provocada por protrusión o hernia discal, por lo que es importante realizar un diagnóstico específico. El dolor en las nalgas puede afectar la zona lumbar, desde el muslo hasta el pie. Los músculos se debilitan, pierden fuerza y se sienten déficits sensoriales, como si se tratara de una inflamación de la ciática.
Cómo diagnosticar el síndrome piriforme
Para diagnosticar el síndrome piriforme, es necesario someterse a una evaluación cuidadosa. En primer lugar, si el dolor es persistente, es necesario contactar al médico que prescribirá algunas pruebas de diagnóstico. Generalmente procedemos con una simple losa que involucra la columna anterior / posterior y la pelvis para verificar la posición de las caderas y analizar las estructuras óseas en profundidad. Si necesita tener imágenes más detalladas, se utiliza resonancia magnética o TC. Si, por el contrario, es necesario investigar la conductividad nerviosa, es necesario someterse a una electromiografía . Los exámenes instrumentales también van acompañados de una serie de pruebas clínicas. Los más famosos son el test de Freiberg y el test de Pace and Nagle. El síndrome piriforme es un evento aleatorio que puede durar meses y años. Suele responder a una actitud postural que afecta la columna lumbar o puede afectar la rodilla o el tobillo. Por este motivo, no solo debemos intervenir sobre el músculo piriforme sino también sobre todo el cuerpo.
Cómo curar el síndrome piriforme
La patología debe tratarse a 360 °, partiendo de una cuidadosa historia clínica del paciente para reconocer rápidamente las posibles causas que desencadenaron el dolor. Para no agravar la situación, los factores responsables del problema deben eliminarse lo antes posible. El fisioterapeuta interviene sobre el paciente con manipulaciones articulares que afectan a la columna. Para eliminar el primer factor de inflamación, la pelvis y la zona lumbar deben reorganizarse. Se debe prestar especial atención a recuperar la funcionalidad del sistema muscular. Con el método Mezieres es posible eliminar muchos trastornos posturales. Sesiones de tecar y láser reducen la inflamación que afecta al piriforme, mientras que se practica masajes para eliminar las contracturas musculares.
Cómo intervenir con remedios naturales
Siguiendo algunos consejos, puede aliviar el dolor en el glúteo causado por el síndrome piriforme. Un estilo de vida sedentario es la principal causa de malestar. Pasar demasiadas horas sentado, poca actividad física son algunos de los factores responsables del dolor. A las primeras señales se puede intervenir con algunos ejercicios de estiramiento para ser practicados en casa y no necesariamente en un consultorio de fisioterapia. Te sientas en una silla, cruzas la pierna afectada sobre la otra. Con las manos se agarra la rodilla de la pierna «sana» y se empuja el cuerpo hacia adelante. La posición debe mantenerse durante 30-40 segundos y repetirse varias veces. Otro ejercicio consiste en asumir la posición supina, con la espalda apoyada en el suelo y la barriga hacia arriba. Cruza su pierna adolorida sobre la otra, ambas piernas se levantan del suelo y con las manos cruzadas empujan la rodilla hacia el pecho. Ambos ejercicios sirven para estirar el músculo piriforme y aliviar el dolor. Otra alternativa es utilizar el rodillo de espuma, que se coloca debajo de la zona dolorida y se hace rodar con el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, masajeando la zona dolorida. El consejo es no centrarse solo en el músculo piriforme, no recibir solo masajes y terapias pasivas, sino también intentar trabajar en la columna lumbar o en la articulación que desencadenó la contractura responsable de la inflamación. colocar debajo de la zona dolorida y hacer rodar con el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, masajeando la parte que sufre. El consejo es no centrarse solo en el músculo piriforme, no recibir solo masajes y terapias pasivas, sino también intentar trabajar en la columna lumbar o en la articulación que desencadenó la contractura responsable de la inflamación. colocar debajo de la zona dolorida y hacer rodar con el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, masajeando la parte que sufre. El consejo es no centrarse solo en el músculo piriforme, no recibir solo masajes y terapias pasivas, sino también intentar trabajar en la columna lumbar o en la articulación que desencadenó la contractura responsable de la inflamación.
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