Si ha escuchado esta palabra por primera vez, sepa que la gonartrosis no es más que una artrosis referida a la rodilla o las rodillas. Por artrosis (también llamada osteoartritis) nos referimos a un tipo de artritis degenerativa que afecta el tejido óseo de las articulaciones. Veamos en concreto las características de esta patología:
Síntomas
Los síntomas más frecuentes están sin duda relacionados con la dificultad de movimiento, generalmente la patología se presenta por rigidez articular visible. Puede sentir que es muy difícil contraer o estirar la articulación. Esta sensación puede ir acompañada de crujidos durante el movimiento y enrojecimiento de la piel. En su evolución se puede encontrar hinchazón y articulación bloqueada con fuertes sacudidas o dolor punzante cerca de la rodilla. También puede suceder que tenga un dolor leve y perpetuo que comienza en la articulación y se extiende a lo largo de los huesos adyacentes.
Gonartrosis: las causas
Esta patología afecta principalmente a personas de edad avanzada, sobre todo porque muchas veces es el resultado de una serie de causas coadyuvantes, es decir, diferentes factores que marcan la historia y el desenlace de nuestra articulación. Entre estos factores ciertamente debemos considerar una posible mala alimentación y un trauma previo, pero también el estilo de vida en su conjunto. De hecho, además del factor degenerativo normal que aumenta con la edad, el exceso de peso corporal, las lesiones repetidas que afectan a deportistas y personas que manejan cargas pesadas, una vida demasiado sedentaria también puede contribuir a la formación de gonartrosis .
Parece que además de las causas mencionadas también existe la posibilidad de una predisposición genética y un mayor riesgo para el género femenino y para aquellos individuos que ya padecen otras formas de artritis o enfermedades metabólicas.
De qué se trata:
La enfermedad afecta el cartílago que reside en la rodilla y actúa como capa protectora durante su movimiento. Cuando la capa de cartílago se adelgaza excesivamente puede ocurrir que falten los líquidos lubricantes que normalmente contienen los sacos sinoviales, por lo que la parte inferior del fémur y la parte superior de la tibia pueden rozar directamente entre sí y chocar, provocando inflamación en en primer lugar y posteriormente también pueden tener daños en los tejidos óseos.
Cómo intervenir:
Para conocer esta patología es necesario realizar pruebas de control específicas. Los análisis de sangre simples pueden proporcionar una imagen nutricional y de salud general, pero deben ir acompañados de una radiografía para verificar si hay erosiones por roce, pero lo más importante es el examen de resonancia magnética, a través del cual es posible verificar la cantidad de cartílago presente en la articulación.
En el caso de que se diagnostique gonartrosis , el tratamiento solo será sintomático,debido a que con el progreso médico actual es imposible recuperarse por completo de esta patología. Las intervenciones quirúrgicas se pueden utilizar para limpiar la articulación de cualquier desmoronamiento del tejido óseo y reducir el dolor, más a menudo se utilizan terapias conservadoras, incluido el uso de aparatos ortopédicos específicos, inyecciones de ácido hialurónico y la necesidad de corticosteroides.para la reducción del dolor (para el que no se recomienda un uso prolongado debido a los efectos secundarios) y fisioterapias destinadas a fortalecer el tono muscular de las piernas. El fortalecimiento muscular parece ser un factor clave para hacer frente a esta afección, ya que permite al cuerpo reducir significativamente el peso ejercido sobre la rodilla durante los movimientos diarios.
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