Los jóvenes también pueden verse afectados por las varices: causas y remedios.
Por varices, o varices, entendemos la dilatación irregular y permanente de una sección venosa más o menos extendida, que con el tiempo puede adquirir un aspecto tortuoso. Se desarrollan por insuficiencia de las válvulas venosas.
El problema afecta claramente a las mujeres más que a los hombres, y a las extremidades inferiores más que a otras partes del cuerpo. Las venas principalmente afectadas son la safena mayor y la safena menor. El primero es un vaso subcutáneo, que corre a lo largo de la parte medial de la pierna y anterior al muslo. El segundo, en cambio, se encuentra en la parte trasera.
Fisiológicamente, las venas tienen la función de transportar sangre desde los tejidos periféricos del cuerpo al corazón. Esta tarea se ve dificultada por la presión constante ejercida por la fuerza de gravedad. El ascenso de la sangre a través de la circulación venosa está asegurado por dos factores. El primero está representado por la acción de bombeo que ejercen los músculos esqueléticos, que comprimen rítmicamente las venas al caminar. El segundo consiste en la presencia de válvulas en la luz venosa, capaces de abrirse y dejar fluir la sangre, solo en un sentido (hacia el corazón), y de cerrarse, evitando el reflujo sanguíneo en sentido contrario.
Si estos mecanismos se alteran, se desarrolla patología varicosa. De hecho, la sangre que no sube correctamente hacia el corazón, con el tiempo da lugar a un estancamiento progresivo dentro de la circulación venosa, que acaba por agotar las paredes de los vasos. Las venas pierden tono y elasticidad.
Además, las válvulas venosas se ven comprometidas a su vez (válvulas incontinentes), perdiendo funcionalidad y agravando la estasis venosa. Se crea un círculo vicioso que el cuerpo no puede compensar.
El problema de las varices afecta únicamente a las venas superficiales, pues las profundas de la pierna y el muslo están constantemente soportadas y comprimidas por la actividad muscular, lo que garantiza su vaciado.
El factor y las causas de las venas varicosas.
Un factor de fundamental importancia en el desarrollo de la patología varicosa lo constituye la predisposición constitucional hereditaria. Las personas con familiares que padecen varices tienen un mayor riesgo de desarrollarlas a su vez. De hecho, la resistencia y elasticidad de los tejidos, incluidas las venas, están determinadas genéticamente. Cada individuo nace con una predisposición individual a desarrollar varices.
Otros factores de riesgo, que favorecen la estasis venosa, son el sedentarismo, la alimentación incorrecta con tendencia al sobrepeso hasta la obesidad, el alcoholismo y el tabaquismo, el mantenimiento de una bipedestación prolongada, por ejemplo por motivos profesionales (tenderos, baristas, peluqueros).
En las mujeres, la incidencia de varices es cuatro veces mayor que en los hombres, lo que sugiere la participación de la estructura hormonal en el desarrollo de la enfermedad. De hecho, los estrógenos y progestágenos ejercen una acción hidratante sobre los tejidos conectivos, que también incluyen las paredes venosas. Esto los debilita. Además, un posible embarazo comprime las venas ilíacas provocando estasis venosa en los miembros inferiores.
La edad avanzada también se consideró un factor predisponente, pero la evidencia reciente ha demostrado la participación de un grupo de edad decididamente heterogéneo.
Los síntomas en las primeras etapas son subjetivos. Se informa una sensación de pesadez en las piernas, especialmente al final de la jornada laboral, posiblemente asociada con hormigueo e hinchazón en los tobillos y los pies.
Síntomas y signos de patología de las venas varicosas.
Posteriormente, aparecen los signos objetivos y típicos de la patología: las venas se vuelven turgentes y evidentes en la piel, se dilatan, toman un curso tortuoso antinatural, con el consiguiente daño estético. Las extremidades inferiores suelen estar edematosas.
Las complicaciones de las venas varicosas no deben subestimarse. Se pueden detectar lesiones distróficas en la piel, que aparecen como áreas de piel lisa, tirante, descamada, a veces pigmentada y con eccema. Después de un traumatismo menor, las várices a menudo se ulceran y la curación se produce de forma lenta y difícil. La eventualidad más peligrosa ciertamente está representada por el desarrollo de tromboflebitis, a menudo una consecuencia de procesos inflamatorios que afectan la pared venosa.
Esta patología también puede aparecer a una edad temprana, siempre con una clara prevalencia hacia las mujeres. De hecho, no es infrecuente que las niñas menores de veinte años se quejen de imperfecciones varicosas en las extremidades inferiores.
Existen algunas reglas dietéticas y de estilo de vida básicas que son muy útiles para el tratamiento de este trastorno.
En cuanto a la dieta, estudios recientes han demostrado que se deben evitar los siguientes alimentos:
- azúcares refinados y harinas
- sal refinada
- comida frita
- grasas hidrogenadas
- bebidas alcohólicas
- café
Por el contrario, se recomiendan otros alimentos, como:
- frutas (uva, sandía, cítricos, arándanos, nueces)
- verduras (apio, tomate, ajo, cebolla)
- especias ( cúrcuma , jengibre)
Al mismo tiempo, se recomienda mantener un estilo de vida activo, realizar caminatas diarias, quizás sobre la arena con los pies descalzos (¡también puede ser suficiente con subir escaleras!), Realizar estiramientos musculares simples en las extremidades inferiores, para tomar posiciones de yoga, levantando las piernas en la clásica posición invertida.
De reciente interés e investigación constante son los remedios vegetales, o remedios a base de hierbas, como la centella, la escoba de carnicero, el castaño y el castaño de indias.
El castaño de indias tiene propiedades antiinflamatorias, antiedematosas, antiexudativas y venotónicas, por lo que ha demostrado su utilidad en todas las situaciones de insuficiencia venosa. El ingrediente activo se obtiene de las semillas, una mezcla de saponinas que toma el nombre de escina.
La escina hace que las células endoteliales de las paredes de los vasos sean permeables al calcio, lo que promueve la contracción del músculo liso vascular y reduce la permeabilidad de los vasos.
Centella es una planta herbácea perenne bastante pequeña con un tallo rastrero. Crece en Asia Menor, India, Madagascar, en regiones húmedas y sombreadas. De las hojas y los pecíolos se extraen principios activos como el ácido asiático y madecásico, que preservan la estructura y el tono de las paredes vasculares, ya que estimulan la síntesis de colágeno por los fibroblastos.
La escoba de carnicero es una planta perenne común en toda Europa. De su rizoma se aíslan dos saponinas esteroides, que actúan como vasoconstrictores, útiles en todo tipo de flebopatías.
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