¿Qué es la pectina de manzana?
Los procesos mediante los cuales se extrae la pulpa de diversos tipos de frutos generan un compuesto conocido como pectina, un heteropolisacárido y por tanto un azúcar, que actúa como pegamento o fluido dentro de los espacios de las estructuras intercelulares de los propios frutos.
Aislada por primera vez en 1825 por Henri Bracconot , la pectina pertenece por tanto a la familia de los carbohidratos, no digeribles con la particularidad de presentarse como una fibra hidrosoluble, generando un coloide gelatinoso que recubre las paredes celulares de los frutos, hidrolizados por fermentación posterior a la maduración de los mismos, por enzimas como la pectasa y la pectinasa , que abundan en diferentes variedades de manzanas.
Por tanto, es el grado de madurez del fruto lo que describe la cantidad de pectina presente, que pierde su poder cementante en la última etapa del proceso, volviéndose más fluida.
Por eso la manzana verde es más crujiente que la madura porque la presencia de fibra soluble progresa y cambia desintegrando hacia una forma más líquida.
Usar pectina de manzana
Esta fibra se utiliza tanto en la industria alimentaria como en la farmacológica para la elaboración de suplementos.
En el primer caso como gelificante para la elaboración de confituras, mermeladas y las famosas jaleas de frutas, conocidas con el nombre E440; en el segundo, como fibra soluble utilizada en la preparación de compuestos que aprovechan sus múltiples propiedades, curativas y calmantes para el organismo.
Propiedades de la pectina de manzana
La pectina tiene la capacidad de realizar una acción adyuvante de diversos procesos fisiológicos gracias a las propiedades que contiene.
El de la manzana en particular tiene una alta capacidad higroscópica, es decir de retener moléculas de agua, lo que le confiere una fuerte propensión gelatinizante en virtud de lo cual es coadyuvante y descongestionante en el tratamiento del estreñimiento y disentería al normalizar las funciones del intestino.
En los tratamientos no farmacológicos de la hipercolesterolemia, hiperglucemia y diabetes, su principio activo contrarresta la asimilación de los ácidos biliares reduciendo el colesterol malo , LDL, y promoviendo el bueno, HDL.
La pectina facilita así la asimilación e ingestión de lípidos, facilitando la prevención de la aterosclerosis y otras patologías que afectan al miocardio como la cardiopatía isquémica y el infarto, del cerebro como el ictus, de las arterias oclusivo-periféricas.
La pectina tiene una fuerte acción probiótica a través de su asimilación a través del endoparásito intestinal, que favorece la flora intestinal y normaliza la mucosa gástrica, favoreciendo una reducción de los niveles de colesterol, pero sobre todo protegiendo el sistema digestivo de cualquier formación tumoral.
Esto es lo que surgió de una investigación realizada por la Asociación Americana de Oncología, durante la cual surgió que sujetos sometidos a una dieta rica en fibra comenzaron a autoinmunizarse de diferentes formas de cáncer.
De hecho, se ha demostrado que la pectina es capaz de unirse a algunos elementos cancerígenos presentes en el colon, favoreciendo su eliminación inmediata, como lo demuestra un estudio publicado por la Revista del Instituto Nacional del Cáncer, que también mostró ‘capacidad extrema de la pectina contener los niveles glucémicos del torrente sanguíneo.
La acción hipoglucemiante de la pectina favorece la reducción de los síntomas patológicos que afectan al corazón y vasos sanguíneos, afectando la estabilidad de los niveles de diabetes tipo II e hipertrigliceridemia.
El papel de la pectina en dietología
Varios estudios científicos han decretado el enorme potencial de esta fibra soluble en diversas áreas clínicas, de las cuales la más apreciable es el tratamiento integrado de la obesidad y la ralentización metabólica que provoca el sobrepeso.
Su eficacia para promover el control de peso ha ido impulsando progresivamente su uso en el sector dietético y nutricional, ya que sus beneficios han demostrado ser útiles para ralentizar el tránsito intestinal, aumentando el volumen gástrico, promoviendo así la sensación inmediata de saciedad.
La pectina es capaz de mejorar la absorción intestinal de los carbohidratos, asegurando un equilibrio del perfil glucémico, gracias también a la acción que se realiza sobre el conjunto de microorganismos simbióticos o la denominada microbiota o flora intestinal eubiótica, que, si se encuentra en buen estado , previene la aparición de patologías metabólicas que pueden conducir a la obesidad.
Efectos secundarios
En algunos casos, la pectina podría dar lugar a reacciones de rechazo, en particular afectando al tracto gastroentérico, especialmente en presencia de enfermedades inflamatorias intestinales como gastritis o úlceras, dispesia gástrica o intestinal o síndrome del intestino irritable.
Los suplementos a base de pectina no reemplazan su asimilación natural de alimentos, que preferiblemente debe ser en un consumo de 10 gramos por día.
También pueden reducir la absorción intestinal y por lo tanto la biodisponibilidad de cualquier ingrediente activo tomado simultáneamente, así como interactuar con otras fibras solubles en agua para potenciar dichos efectos.
Por tanto, pueden ser consumidos tanto por mujeres embarazadas como por lactantes y niños.
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