«La única manera de evitar la depresión es no tener suficiente tiempo libre para preguntarse si es feliz o no».
Así escribió sobre la depresión George Bernard Shaw, escritor y dramaturgo irlandés de principios del siglo XX.
¿Qué es la depresión?
Este es solo uno de los mil aforismos que se han hecho sobre la enfermedad más oscura de todos los tiempos. Porque la depresión siempre ha intrigado, estimulado y, si se puede decir, fascinado a un número infinito de estudiosos, médicos, psicólogos, pero también de «no profesionales». Figuras como escritores y poetas han dedicado páginas y páginas a este mal desconocido, en el que el hilo conductor parece ser una gran dificultad para identificar con certeza la enfermedad, y luego asegurarse de que tomar conciencia de ella se convierta en el primer paso a dar para conoce la curación.
La depresión se define médicamente como un trastorno del estado de ánimo., una patología compleja que contiene varios síntomas que conducen a una alteración en el estado de ánimo del individuo que la padece. El estado de ánimo es entendido como el estado emocional interno de un individuo, generalmente este sufre oscilaciones fisiológicas (precisamente variaciones de tono) que dependen de la forma en que el individuo reacciona tanto a los estímulos externos del mundo como a los contenidos internos en la psique de cada uno nuestro. Cuando estas variaciones de tono se vuelven excesivas e inmanejables el individuo comienza a vivir en un estado de mal humor constante e inexplicable, combinado con un gran desinterés por el mundo exterior. Todo esto suele derivar en sentimientos como la culpa, la ansiedad, la tristeza hasta el punto de conducir a manías suicidas en los casos más graves.
Tipos de depresión
También debemos tener cuidado de distinguir dos tipos de depresión . La patología real, denominada Depresión Mayor , es una depresión fisiológica o reactiva que suele ir muy ligada a algunos eventos a los que nos enfrentamos en la vida, como muertes, separaciones, accidentes graves o fallos inesperados.
Cómo reconocer la depresión
En ambos casos, sin embargo, poder reconocer la depresión de manera oportuna es una de las cosas fundamentales para poder vencerla. Esto no siempre es fácil, tanto porque a menudo hay una tendencia a subestimar los síntomas como porque con frecuencia son diferentes entre sí. Además, algunos de los fenómenos con los que se manifiesta la enfermedad también se pueden rastrear a otras patologías, por ejemplo, los trastornos de la atención o un estado de confusión también pueden atribuirse fácilmente al Alzheimer.
En general, los síntomas más comunes son:
- Profunda tristeza
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Dificultad para concentrarse
- Insomnio o sueño excesivo
- Disminución o aumento desproporcionado del apetito.
- Apatía
- Sensación excesiva de fatiga continua.
- Sentido de grandeza
- Llanto frecuente
- Pensamientos suicidas
Desafortunadamente, sin embargo, como ya se mencionó, no es nada fácil rastrear con certeza estos síntomas hasta la depresión, también porque no siempre aparecen todos juntos o incluso puede suceder que a los ojos externos una persona profundamente deprimida simplemente parezca un poco. cansado o incluso no expresa ningún malestar y parece sereno.
Cómo curar la depresión
La buena noticia es que la depresión se puede curar . Sin embargo, se necesita tiempo y mucha paciencia y tenacidad.
Una vez reconocido, es necesario tomar conciencia de que para curarlo se necesitan tratamientos adecuados que incluyan al mismo tiempo el cuidado del cuerpo y del alma.
En la actualidad, hay muchos medicamentos antidepresivos y reguladores del estado de ánimo en el mercado que, por lo general, comienzan a surtir efecto en aproximadamente 12 semanas. Sin embargo, siempre debemos tener en cuenta que en ocasiones estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, y aunque este problema se haya reducido significativamente en los medicamentos de última generación, siempre es bueno seguir las prescripciones del médico que nos está tratando perfectamente, sin pensando lo mínimo en realizar tratamientos «hágalo usted mismo».
Además, como ya se ha dicho, el tratamiento farmacológico es tan importante como estrictamente dependiente del tratamiento psicológico por parte de un experto. La psicoterapia cognitivo-conductual en este caso resultó ser una de las mejores metodologías para abordar el problema de la depresión.
Junto a estas, que son las curas tradicionales para la depresión, se pueden seguir caminos, por así decirlo, un poco más fuera de la caja, pero que siempre deben ser considerados como una ayuda adicional y no única . Entre los principales mencionamos tratamientos como la musicoterapia, la meditación y la terapia con mascotas.
Por último, siempre debemos tener en cuenta que la presencia de otros cuando se padece depresión es un elemento fundamental para lograr la recuperación. Y aunque en ocasiones pueda parecer trivial, el amor y el cariño de los seres queridos sin duda ayudan a iniciar un proceso de aceptación y luego resolución del problema. Por tanto, es de fundamental importancia ofrecer y por otro lado saber aceptar la ayuda de las personas que nos rodean. Porque si es cierto que la depresión se puede curar, también es cierto que debemos desear fuertemente esta curación, y contar con alguien que nos apoye y anime a no rendirnos es siempre una ayuda fundamental para enfrentar y superar esta trágica enfermedad.
Deja una respuesta