La fatiga es una sensación de cansancio, debilidad y falta de energía que hace que las personas tengan una menor capacidad de concentración y una necesidad constante de descanso. Los síntomas son ansiedad, depresión , disminución de la fuerza muscular, apatía, inapetencia, taquicardia.
Las causas pueden ser patológicas, psicológicas y, a menudo, también constituyen una defensa fisiológica contra el estrés.
LAS PRINCIPALES CAUSAS PATOLÓGICAS DE LA ASTENIA
Si tenemos en cuenta las causas patológicas, la fatiga es una verdadera alarma para muchas enfermedades como la diabetes, anemia, tumores, enfermedades cardiovasculares, enfermedades endocrinas, distrofia muscular, enfermedad de Parkinson o intolerancias alimentarias como la celiaquía.
El consejo es no subestimar los síntomas y ponerse en contacto con su médico de confianza quien, examinando los análisis de sangre y realizando las demás pruebas requeridas, derivará al paciente al especialista de referencia.
La mononucleosis, una enfermedad infecciosa viral muy común entre los adolescentes (también llamada «enfermedad de los besos»), causada por el virus de Epstein-Barr, a menudo se diagnostica precisamente por las formas de fatiga crónica que causa. La fatiga desmotivada también puede durar mucho tiempo, dependiendo del curso de la infección, que debe tratarse con un correcto abordaje farmacológico.
PSICOLOGÍA Y CANSANCIO
En cambio, cualquier causa psicológica será investigada por el psiquiatra o psicólogo que, a través de un análisis emocional y conductual preciso y un apoyo farmacéutico adecuado, debe encontrar la solución óptima para ayudar al paciente.
Hay que tener en cuenta el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): quienes lo padecen tienen pensamientos persistentes y molestos (obsesiones) y utilizan rituales (compulsiones) para controlar la ansiedad que estos pensamientos producen
De hecho, los pacientes tienden a desarrollar una serie de “ritos mágicos” que, si se realizan, alivian la ansiedad, pero por lo demás la llevan a niveles que a veces resultan inaceptables.
Por lo tanto, la mayoría de las personas, de todas las edades, terminan volviéndose dependientes de sus «rituales»; su cerebro realmente funciona bien y son perfectamente conscientes de la inutilidad y el sinsentido de estos ritos, pero continúan perpetuándolos para no sentirse abrumados por el estado de ansiedad.
El engaño de la mente (castigo terrible, daño para uno mismo o para los seres queridos en caso de que no se realice el ritual) se perpetúa y la realización del ritual suele ser fatigoso y agotador, convirtiéndose en una causa de astenia debilitante tanto en el trabajo como en un nivel social.
La fatiga matutina es también un trastorno creciente con marcadas implicaciones psicosociales. En lugar de estar lleno de energía y listo para enfrentar los desafíos diarios, inmediatamente después de despertar eres víctima de un estado de agotamiento físico y mental, lo que hace que los desafíos diarios sean prohibitivos. La falta de serenidad, el descanso nocturno alterado o insuficiente se encuentran entre las causas más comunes; sin embargo, no se deben subestimar razones más serias como insuficiencia cardíaca, hipotiroidismo, depresión.
ASTENIA Y SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA: ESTRÉS Y VIDA LABORAL
Un capítulo en sí mismo merece la astenia del estrés, propia de la sociedad contemporánea, que con sus ritmos apremiantes y sus plazos imperativos, provoca cansancio, fatiga e insomnio. Una nutrición adecuada, una correcta ingesta de suplementos y la intervención de profesionales competentes pueden ayudar a establecer nuevas estrategias de comportamiento para superar o aliviar significativamente el estrés.
Finalmente, recordemos el síndrome de burn out, un verdadero malestar por inadecuación, que se presenta en el lugar de trabajo; puede conducir a distintas etapas de malestar, que a la larga provocan depresión, debilitamiento, apatía, estrés y astenia. Mobbing, relaciones complicadas con colegas, expectativas decepcionadas, gratificaciones insuficientes, fracasos profesionales, se consideran desencadenantes del síndrome.
Para solucionar o al menos paliar este problema creciente, muchas grandes empresas recurren a asesores, figuras de referencia que apoyan al trabajador durante su carrera profesional.
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